Los habitantes de Villel siempre han mantenido la tradición de acudir a esta fuente, sobre todo cuando la población no disponía de todas las comodidades que se tiene ahora en cualquier vivienda, las mujeres se acercaban hasta allí a pie con sus ropas, para lavarlas en las aguas de Chartera, puesto que se trata de aguas termales, incluso en invierno su temperatura resulta agradable, mientras que en verano está fresca.
Nunca se ha tenido constancia del punto de origen de esta fuente, pero las personas más mayores indican que podría guardar relación con las aguas del pantano del Arquillo, pues en épocas de sequía, cuando el caudal del embalse desciende, la fuente también lo hace, pero a pesar de ello nunca se ha llegado a secar.
El agua que mana entre las piedras cumple todos los parámetros organolépticos, imprescindibles para tratarse de un agua de uso y consumo para la población, de ahí que se sitúe en este lugar la captación que abastece al municipio.