Actualmente se pueden observar los restos de lo que fue el antiguo horno de yeso en la zona que se conoce como el Castillejo, lugar donde se localizan las formaciones rocosas de las que se extraía el yeso, también conocido como algez.
El yeso lo extraían mediante la explosión de cartuchos de dinamita, de esa forma las rocas se rompían y salían fragmentos de menor tamaño, posteriormente lo trasladaban al horno donde lo apilaban en forma de torre, la parte inferior, que correspondía a la boca del horno, era por donde introducían la leña de forma constante los empleados durante varios días. Tras este largo proceso el yeso se picaba y posteriormente se molía en una era con la ayuda de los “machos” (caballerías). El siguiente paso era cerner o cribar el resultado de este proceso, de esa forma se extraían las partículas negras que habían quedado tras su cocción.
El principal destino de la materia prima que se extraía en esta zona era para la construcción, lo llevaban a vender a Teruel y a los municipios más próximos, por otra parte a nivel individual los habitantes del municipio lo empleaban para pintar sus viviendas.