Próximo a la carretera, en un pequeño recinto cubierto con flores, se alza el peirón en honor a la Virgen del Pilar.

Esta estampa es admirada por las gentes del municipio, principalmente por los que viven en el barrio que lleva su nombre. Antiguamente era tradición el construir un peirón u hornacina en cada barrio del municipio con alusiones a diferentes Santos, con la finalidad de buscar la protección de los mismos. 

Este peirón fue uno de los más cuidados y venerados por los habitantes del municipio, ya que hubo un vecino que colaboró con su mantenimiento y cuidado durante años, se llamaba Don Diego Pérez, un hombre con un considerable potencial económico que se preocupó por el cuidado de su pueblo, de hecho, la calle donde se localiza ésta imagen lleva su nombre. Durante los años que este vecino vivió en el municipio, el día que se celebraba la fiesta en honor a la Virgen del Pilar, salía de su casa que se encuentra muy próxima al lugar, para lanzar caramelos a los niños.

En la actualidad todavía los vecinos se siguen desplazando hasta esta zona para realizar una cena en honor a la Virgen de su barrio, y está constantemente adornada con flores.